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Alfredo Mato Outeiro, ‘O Arranchado’

Voluntario de Protección Civil jubilado. ‘Si volviese a nacer volvería a ser de la agrupación de Protección Civil’

Alfredo Mato Outeiro tiene 77 años, cuatro hijos, cinco nietos y un mote, O Arranchado, heredado de un compañero de juventud que emigró a Montevideo. Vinculado durante décadas a los servicios de emergencias del Ayuntamiento de Malpica de Bergantiños, en las últimas Festas do Mar realizó sú última intervención como voluntario de Protección Civil. Este sábado, día 12, el gobierno municipal y los compañeiros de la agrupación le ofrecerán un homenaje en reconocimiento a su labor. – ¿Echa en falta el trabajo en Protección Civil? – La verdad es que tengo una falta grande conmigo, y lo siento mucho porque a tal hora tenemos un presidente que dá gusto estar al lado de él, una persona maravillosa, cariñosa? Yo echaría toda mí vida al lado de nuestro presidente, Iván Muíño. – Pero en un servicio de emergencias tiene que haber momentos muy duros. -Tuvimos momentos muy tristes, en los que lo pasamos muy mal,como cuando el mar llevó aquel obrero portugués que estaba trabajando en el puerto o cuando desapareció en San Adrián un vecino de Val do Dubra. Hay momentos en los que uno está cansado, y ahí es cuando se pasa mal. Pero también está la parte contraria, cando las cousas salen bien, cuando aparece una persoa que faltaba, y también hay momentos muy alegres, como la Festa do Mar de Malpica. – Para usted la Festa do Mar tendrá un significado muy especial, ya que ahí realizó sú última intervención como voluntario. – Tuve que pedir un permiso especial para acompañar a la Virgen en la procesión marítima, y ese fue mí último servicio. Para mí la Virgen es como una madre, la respeté siempre mucho, porque tuve naufragios en el mar en los que me acordé mucho de ella. En noviembre de 1959 tuvimos un accidente viniendo de Muros. Dejé un primo y un tío apareció a las 12 horas, vivo. Ahí si que lo pase muy mal, pero le pedí ayuda a la Virgen. ¿Que es una Virgen coma otra? Si, pero es la patrona del mar. – ¿De dónde le viene esa vinculación con el mar? – Yo nací en Cerqueda, en el lugar de Filgueira, pero vinimos de la aldea al mar con 14 años, en 1952. Eramos unos chavales un poco atravesados. – ¿Por que le llaman O Arranchado? – Me lo pusieron porque el patrón de la lancha en la que empezamos a ir al mar se llamaba Alfredo, y yo también. O Arranchado era un compañero que marchó para Montevideo, y las trabajadoras del puerto empezaron a llamarmelo a mí. Así, Arranchado va, Arranchado viene, ahora es el nombre de toda la familia. Pero yo lo llevo bien, no me parece mal, es un mote que me quedó ahí. – ¿Merece la pena trabajar en una agrupación como Protección Civil? – Sí. Si volviese a nacer volvería a ser de la agrupación de Protección Civil. Tuvimos momentos en los que no miraron para nosotros, pero ahora estamos bien. Entró este alcalde y nos compró un coche, material y arregló la base de Tormeán, que se había dejado arruinar. Aunque para mí eso ahora ya no sirve para nada, porque las cosas tenían que habermelas dado en su tiempo para poder prestar un buen servicio. Protección Civil es una agrupación que muchas veces no se valora, pero tiene mucho valor. – ¿Y ahora a que se dedica? – Un neto mío tiene un caballo, y el anda al mar y se lo cuido yo. Y, después, a jugar partidas y a pasear. No me gusta encerrarme en casa.